La erupción del Monte Pelée de 1902 fue un cataclismo volcánico de gran magnitud ocurrido entre el 2 y el 8 de mayo de 1902 en la isla francesa de Martinica que afectó a la ciudad colonial de St. Pierre y lugares aledaños con un saldo fatal de 29.933 víctimas. Las coordenadas geográficas son: 14°49′0″N 61°10′0″O / 14.81667, -61.16667
Cronología de los hechos [editar]
El Monte Pelée (montaña pelada) es un volcán que domina la isla con sus actuales 1.397 msnm. Para 1902, entrando al siglo XX, la altura era mucho mayor. El Monte Pelée había dado señales de actividad en 1792 y en 1851, aunque en ambos casos las erupciones fueron leves.
Desde la quincena de abril de 1902, el monte había empezado a dar señales de actividad con ruidos subterráneos, temblores leves y agrietamientos en parcelas desde las cuales salían fumarolas despidiendo azufre.
St. Pierre, fundada a orillas del mar Caribe, era una próspera colonia francesa de más de 20.000 almas desde la cual se comerciaba la preciada caña de azúcar. Era el segundo asentamiento más importante después de Fort-de-France, distante a 24 km al sur. A solo escasos 7 km de St. Pierre se elevaba el volcán.
El jueves 1 de mayo de 1902, el volcán empezó a lanzar ceniza a su alrededor que cubrió los sembrados aledaños y además contaminó las aguas cercanas al puerto mismo.
Se encontraban anclados varios navíos, algunos italianos, otros noruegos, aunque la mayoría eran estadounidenses en tránsito.
St. Pierre días después de la erupción en 1902, el Monte Pelée al fondo semicubierto por neblina
El gobernador Louis Mouttet fue recibiendo partes y avisos que indicaban una inusual actividad volcánica en desarrollo, pero por razones políticas intentó bajar el perfil de los sucesos resistiéndose a la evacuación general de St. Pierre. En la noche los sismos de baja intensidad acompañados de ruidos subterráneos no dejaban dormir tranquila a la población.
El viernes 2 de mayo, se recibieron partes de aparición de fumarolas, aluviones de lodo caliente y una incesante lluvia de ceniza fina volcánica. Algunos cónsules optaron por cerrar sus edificios y ordenaron embarcar a su personal en los barcos surtos en el puerto; de hecho, algunos capitanes optaron por zarpar por considerar que la isla corría peligro.
El sábado 3 de mayo, la ladera occidental del Monte Pelée estaba completamente cubierta de ceniza blanca y numerosos grupos de refugiados y comarcanos que huían de este sector llegaron a St. Pierre. Estos comentaron que varios de los 22 ríos colindantes estaban desbordándose y que el Roxelane, un río colindante al volcán, estaba completamente contaminado con cadáveres de animales y algunos cuerpos humanos en sus orillas. Ante las consultas desesperadas de los habitantes, el alcalde de St. Pierre, Roger Fouché, junto con el gobernador intentaron calmar a la población e insistieron en que los eventos cesarían y que nada malo ocurriría.
Desde el 4 al 7 de mayo, el Monte Pelée entró en una fase de actividad pirotécnica lanzando alrededor proyecciones clásticas incandescentes y una fumarola empezó a tomar las alturas por sobre St. Pierre. Un ejambre de alimañas que incluía hormigas, ciempiés, arañas de todo tipo, además de víboras venenosas, invadió las calles de St. Pierre escapando de la muerte que presentían e hicieron que la población se encerrara en sus viviendas. Un descomunal aluvión de barro irrumpió en el mar y provocó una marejada que rompió las amarras de varios barcos en la bahía.
Para ese momento, St. Pierre ya tenía una población de refugiados que sobrepasaba los 30.000 habitantes, provocando de esta manera una aguda escasez de alimentos.
El jueves 8 de mayo, a las 7.30, el volcán entró en fase de erupción cataclísmica declarada arrojando grandes cantidades de lava. Una colosal y densa columna piroclástica se elevó a más de 10 km de altura, desarrollándose con gran rapidez. Treinta minutos más tarde esta misma columna, al ceder la presión inicial de empuje vertical, colapsó y con una temperatura de entre 400-500°C descendió por las laderas cubiertas de lava incandescente hasta cubrir asolando completamente St. Pierre y el mismo puerto.
El "Pouyer Quertier", un vapor francés que estaba arribando al lugar, fue testigo de la aniquilación de la ciudad. El radiotelegrafista envió un mensaje urgente a Fort-de-France.
Cronología de los hechos [editar]
El Monte Pelée (montaña pelada) es un volcán que domina la isla con sus actuales 1.397 msnm. Para 1902, entrando al siglo XX, la altura era mucho mayor. El Monte Pelée había dado señales de actividad en 1792 y en 1851, aunque en ambos casos las erupciones fueron leves.
Desde la quincena de abril de 1902, el monte había empezado a dar señales de actividad con ruidos subterráneos, temblores leves y agrietamientos en parcelas desde las cuales salían fumarolas despidiendo azufre.
St. Pierre, fundada a orillas del mar Caribe, era una próspera colonia francesa de más de 20.000 almas desde la cual se comerciaba la preciada caña de azúcar. Era el segundo asentamiento más importante después de Fort-de-France, distante a 24 km al sur. A solo escasos 7 km de St. Pierre se elevaba el volcán.
El jueves 1 de mayo de 1902, el volcán empezó a lanzar ceniza a su alrededor que cubrió los sembrados aledaños y además contaminó las aguas cercanas al puerto mismo.
Se encontraban anclados varios navíos, algunos italianos, otros noruegos, aunque la mayoría eran estadounidenses en tránsito.
St. Pierre días después de la erupción en 1902, el Monte Pelée al fondo semicubierto por neblina
El gobernador Louis Mouttet fue recibiendo partes y avisos que indicaban una inusual actividad volcánica en desarrollo, pero por razones políticas intentó bajar el perfil de los sucesos resistiéndose a la evacuación general de St. Pierre. En la noche los sismos de baja intensidad acompañados de ruidos subterráneos no dejaban dormir tranquila a la población.
El viernes 2 de mayo, se recibieron partes de aparición de fumarolas, aluviones de lodo caliente y una incesante lluvia de ceniza fina volcánica. Algunos cónsules optaron por cerrar sus edificios y ordenaron embarcar a su personal en los barcos surtos en el puerto; de hecho, algunos capitanes optaron por zarpar por considerar que la isla corría peligro.
El sábado 3 de mayo, la ladera occidental del Monte Pelée estaba completamente cubierta de ceniza blanca y numerosos grupos de refugiados y comarcanos que huían de este sector llegaron a St. Pierre. Estos comentaron que varios de los 22 ríos colindantes estaban desbordándose y que el Roxelane, un río colindante al volcán, estaba completamente contaminado con cadáveres de animales y algunos cuerpos humanos en sus orillas. Ante las consultas desesperadas de los habitantes, el alcalde de St. Pierre, Roger Fouché, junto con el gobernador intentaron calmar a la población e insistieron en que los eventos cesarían y que nada malo ocurriría.
Desde el 4 al 7 de mayo, el Monte Pelée entró en una fase de actividad pirotécnica lanzando alrededor proyecciones clásticas incandescentes y una fumarola empezó a tomar las alturas por sobre St. Pierre. Un ejambre de alimañas que incluía hormigas, ciempiés, arañas de todo tipo, además de víboras venenosas, invadió las calles de St. Pierre escapando de la muerte que presentían e hicieron que la población se encerrara en sus viviendas. Un descomunal aluvión de barro irrumpió en el mar y provocó una marejada que rompió las amarras de varios barcos en la bahía.
Para ese momento, St. Pierre ya tenía una población de refugiados que sobrepasaba los 30.000 habitantes, provocando de esta manera una aguda escasez de alimentos.
El jueves 8 de mayo, a las 7.30, el volcán entró en fase de erupción cataclísmica declarada arrojando grandes cantidades de lava. Una colosal y densa columna piroclástica se elevó a más de 10 km de altura, desarrollándose con gran rapidez. Treinta minutos más tarde esta misma columna, al ceder la presión inicial de empuje vertical, colapsó y con una temperatura de entre 400-500°C descendió por las laderas cubiertas de lava incandescente hasta cubrir asolando completamente St. Pierre y el mismo puerto.
El "Pouyer Quertier", un vapor francés que estaba arribando al lugar, fue testigo de la aniquilación de la ciudad. El radiotelegrafista envió un mensaje urgente a Fort-de-France.
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